Una fina llovizna cae sobre la exuberante vegetación: estamos en Bilbao, en el noreste de la Península Ibérica. Luis Ponce de León, responsable de marketing, me lleva a la sede de Lasai. Rodeada de verdes montañas al suroeste de la metrópoli vasca se encuentra el AIC, un centro europeo para el desarrollo de la automoción. Expertos de alta cualificación en tecnologías innovadoras trabajan aquí en 30 empresas multidisciplinares.
Gari Telleria, director general de Lasai, me muestra las instalaciones de la empresa: las oficinas arriba; el taller, escaleras abajo. Una disposición perfecta en un ambiente futurista.

Lasai es una empresa joven. Su historia comenzó en 2021. Hasta entonces, José Galíndez, empresario de Getxo, se dedicó principalmente a desarrollar y fabricar plantas de energía fotovoltaica. En 2021 vendió el 51% de su empresa Solarpack a un fondo sueco y se concentró en su sociedad de inversiones Beraunberri.
Como punto de partida una lanzadera para una galería insular
El vasco, que procede de una familia de industriales de Bilbao, pasa mucho tiempo en Menorca. Su mujer conoce a los ajetreados galeristas Hauser y Wirth. Entre otras ocupaciones, dirigen una galería en un antiguo hospital militar levantado en la Isla del Rey dentro de la bahía de Mahón. Buscan un medio de transporte sin emisiones para acceder desde la ciudad a esta isla que es un espacio natural protegido.
A Galíndez se le ocurrió rápidamente la idea de construir barcos eléctrico-solares para este fin. Conoce a fondo las posibilidades de la energía solar. Pidió a un ingeniero naval amigo suyo que le diseñara una embarcación. Así nació el Lasai 20 TR, un barco lanzadera para nueve personas que transporta a los visitantes a la Isla del Rey.
¡Queremos construir el mejor barco eléctrico-solar!

Galíndez tiene una ambición; quiere construir barcos sostenibles que naveguen a una velocidad aceptable con la mayor autonomía posible. Deben ser muy eficientes, fabricados con materiales ligeros, con un casco hidrodinámico adaptado a la propulsión eléctrica y adecuado para mares y lagos, además de paneles solares en el techo.
La transformación ya está aquí
Con estas directrices se pone en marcha la empresa de barcos eléctrico-solares en el País Vasco: „Lasai“ significa tranquilidad en euskera. Desde 2021, Lasai ha desarrollado otros dos barcos del mismo tamaño que también son eléctrico-solares.
„Nos hemos centrado en el futuro“, explica Gari Telleria, „no venimos de la velocidad“. El CEO bilbaíno tiene una larga experiencia en vehículos eléctricos. Trabajó durante diez años en el desarrollo de autobuses eléctricos. „La transición eléctrica ya está aquí“, está seguro. Hoy, el 15% de los navegantes prefieren la movilidad eléctrica. Mañana serán muchos más. El futuro favorece a Lasai, dice, porque las normativas ambientales van en nuestra dirección.

„Nuestros barcos ofrecen entre 60 – 70 millas náuticas de autonomía a 7 u 8 nudos“, dice Gari Telleria. Los barcos son más eficientes cuando navegan a una velocidad máxima de entre ocho y doce nudos. Es entonces cuando ofrecen la mayor autonomía con el menor consumo“.
Las baterías como factor de éxito
Conseguir una alta densidad en las celdas de las baterías es un objetivo de máxima importancia. Para ello, Lasai trabaja con uno de los diez mejores fabricantes de baterías del mundo. Construye las baterías según las especificaciones y perfiles de usuario. „Utilizamos baterías de hasta 129 Wh/k, lo que ahorra mucho peso“.
En el caso de los barcos, el número de ciclos de carga es mínimo en comparación con los coches eléctricos, explica. Mientras que la mayoría de los coches y autobuses se usan y se cargan al menos una vez al día, una embarcación de recreo sólo se usa unas pocas horas al año. „Algunos astilleros ponen en el barco una batería de alto voltaje de 400 voltios, diseñada para 1.000 ciclos al año, que no se puede cargar en ningún puerto“, explica Gari Telleria. „Un barco de recreo no necesita eso“, opina.
En su lugar, Lasai utiliza baterías de bajo y medio voltaje, de 48 a 96 voltios, en parte para minimizar riesgos. Además, dice, los requisitos de certificación de los sistemas de alto voltaje son mucho más estrictos. „Si usas tu barco para ir al trabajo todos los días, como los finlandeses, necesitas una batería potente de alto voltaje“, explica. „Pero si eres como la mayoría en el sector de la náutica de recreo y sólo navegas una media de 40 días al año, las ventajas de una batería de 400 voltios son pequeñas. Y resulta demasiado cara“.
Un equilibrio perfecto
Otro argumento: „Los hombres siempre quieren potencia. Pero no se trata de lo que necesitan los machos alfa. Se trata del CO2, de la contaminación. Se trata del medio ambiente que dejamos a nuestros hijos“, afirmó Gari, que es padre de familia.

Un Lasai funciona con energía solar. El sistema obtiene parte de la electricidad que necesita de los paneles solares instalados en el techo rígido en forma de T. Suministran 700 W. Las baterías tienen una capacidad de hasta 40 kWh. Gracias a los paneles, el sol aporta un 30% de la carga de las baterías. Así, puede circular de forma autónoma hasta diez horas. „Lo que la gente quiere es autonomía: Salir al mar, con tranquilidad, sin estar pendientes de la energía“, dice Telleria.
En condiciones óptimas, con poco viento y pocas olas, un barco Lasai puede recorrer 100 millas náuticas de un tirón a 6 nudos. A 8 nudos alcanza 48 millas náuticas y a toda máquina, 26 millas náuticas. „Tenemos la mayor autonomía a velocidad media“, afirma el director general de Lasai. “Esto”, dice, “es el equilibrio perfecto”. „No queremos ir más rápido porque queremos llegar lejos“. Y sigue: „Si quieres ir rápido, un Lasai no es tu barco“. Partimos del puerto de Getxo en el Lasai 20 GL.

Es hora de subir a bordo y experimentar en carne propia la navegación en calma.